“Une”, de la artista Joaquina Lagos y con la curaduría de Iván Rivera.
Una doble inauguración en el Espacio de Arte Camargo 1020 reúne al artista Leandro Rodríguez y a la ceramista Joaquina Lagos, dos artistas disimiles pero que dialogan a través de obras ligadas a lo orgánico y a la tierra.
“Une”, de la artista Joaquina Lagos y con la curaduría de Iván Rivera, nació en pandemia y busca, rescatar “la piel como lienzo, como territorio y como límite”.
“La obra nos invita a viajar hacia el interior, individual y colectivamente. Un viaje silencioso que inicia por nuestro hogar más próximo que es la piel, pasando por la casa grande que es la tierra”, sostiene el curador de la muestra.
Parte de “Une” puede verse en la cuenta de Instagram @joaquina.lagos.
“Batata florecida” de Leandro Rodríguez, nació luego de que el artista dejara batatas en la vía pública con información sobre el proyecto: su intención era que quien las encontrara, las germinara, las hiciera florecer y lo contactara por medio de la cuenta de Instagram @batataflorecida.
“La batata es un portal que me hace viajar al pasado a través de la raíz y el tubérculo, al presente con su fuerza para ir hacia arriba y crecer, y al futuro, siendo flor, siendo planta, siendo otro. Debemos observar lo vivo para reconstruir y poder evidenciar la fragilidad de lo que nos sostiene”, sostiene Rodríguez sobre su obra.
El director de Camargo, Maximiliano Florencio, advierte que “el encuentro de las obras se produce en la intención de lo orgánico, en la tierra que se convierte en cerámica, en la misma tierra que gesta batatas”. Y sostiene que mientras “Leandro Rodríguez se convierte en planta , Joaquina Lagos exhibe trozos de su piel de tierra”.
“Estas dos exposiciones nos interpelan en nuestra fibra humana primordial y nos sumergen en la mixtura armónica de naturaleza y arte”, define Florencio.
Camargo 1020 es un espacio de arte alternativo en el circuito cultural del barrio de Villa Crespo en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, ubicado en un antiguo edificio que funciono muchos años como taller mecánico y que tenía como destino ser demolido para construir una torre.
La iniciativa del artista plástico NIX RUO, quien vio la necesidad de generar un espacio para exhibir sus trabajos y para que encuentren cobijo artistas emergentes, consiguió resignificar este lugar como galería de arte que conserva también la identidad de un taller.
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