Si bien son un arma de doble filo y su mala utilización puede conducir al sedentarismo, los videojuegos son cada vez más utilizados en el ámbito médico y psicológico. El autismo, los transtornos alimenticios y el alzheimer son algunos de los problemas que un juego virtual puede ayudar a resolver.
Algunos de los beneficios de los videojuegos: mejoran su destreza visual y auditiva, enseñan a organizarse y trabajar en equipo e incluso ejercitan su memoria. Además, pueden contribuir al aprendizaje de ciertas habilidades como orientarse en un mapa o tomar decisiones rápidamente.
Sin embargo, tienen que ser utilizados con ciudado. Actualmente, la tecnología está al alcance de los niños desde edades muy tempranas y su exceso puede causar sedentarismo infantil.
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