En este tiempo la Cuenca Matanza Riachuelo comenzó a cambiar su cara y hoy ya se puede hablar de una nueva etapa en el proceso de saneamiento y recomposición ambiental. En ese marco ACUMAR desarrolla actividades de divulgación y debate.
El 8 de julio de 2008 la Corte Suprema de Justicia de la Nación, condenaba a los estados Nacional, de la provincia de Buenos Aires, de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, y los instaba a ejecutar un plan de saneamiento para la Cuenca Matanza Riachuelo que tuviera como ejes tres premisas clave: mejorar la calidad de vida de sus habitantes, recomponer el ambiente y prevenir futuros daños.
Pasaron 15 años de ese fallo y la realidad de la Cuenca, que es parte de la semblanza de un territorio con más de 200 años de historia y memoria, se transformó. Y si bien es cierto que aún falta trabajo por hacer, se encuentra en una nueva etapa en el proceso de saneamiento. Porque hoy se está atacando de origen la contaminación que se remonta a los tiempos de la colonia.
El presidente del organismo, Martín Sabbatella se refirió a este nuevo aniversario: “Estos 15 años fueron de grandes avances de la Cuenca Matanza Riachuelo que ingresa en una nueva etapa del proceso de saneamiento y recuperación. Cambios tangibles, como la mudanza del Mercado de Hacienda de Liniers o la entrega de nuevas soluciones habitacionales a familias en riesgo ambiental, fueron acompañados también por transformaciones sobre lo que nos permitimos pensar colectivamente qué es o puede ser el Riachuelo”.
Pero también Sabbatella advirtió que hablar del futuro es referirnos al avance de obras como el Sistema Riachuelo, que será un antes y después en el tratamiento de una de las principales fuentes actuales de contaminación de la Cuenca: los desechos cloacales: “El Sistema Riachuelo es la mega obra de saneamiento más importante del país. Se trata de una ampliación cloacal que beneficiará a más de 4.3 millones de habitantes en la región y, en un futuro, permitirá incorporar a 1.5 millón de habitantes a la red de cloacas, evitando así que los desechos orgánicos se viertan directamente en el cauce del Riachuelo, lo que constituye hoy una de sus principales causas de contaminación”.
Y agregó: “Es también saber que las industrias son fiscalizadas y controladas, pero que además, con la supervisión de ACUMAR se inician las obras necesarias para producir de forma sostenible y amigable con el ambiente y que con proyectos como el Parque Industrial Curtidor avanzamos para alcanzar una Cuenca con sostenibilidad ambiental y social”.
En un contexto global de profunda incertidumbre y angustia social en torno a las capacidades que demostramos como colectivo humano para afrontar los desafíos del cambio climático, proponer nuevos horizontes, concretos y alcanzables, debe ser un mandato para la gestión pública de lo ambiental.
“Debemos y queremos trabajar por una Cuenca que proteja su biodiversidad y la calidad de sus suelos, arroyos, ríos y aire, tanto como por una Cuenca que contemple el rol decisivo de la generación de empleo en la calidad de vida de su población”, afirmó el presidente del organismo.
Este tipo de debates es posible gracias al trabajo sostenido que ACUMAR lleva adelante todos los días en articulación con los gobiernos de competencia en la Cuenca, así como por el compromiso de una comunidad fuertemente organizada en defensa de su derecho al disfrute de un ambiente sano.
“Con la misma impronta del río, que no entiende de límites distritales, sino que afecta a su paso a todas, todes y todos por igual, seguimos trabajando en comunidad para recuperar y cuidar lo que nos une: el amor por este territorio y el deseo de legar a las generaciones que vienen una Cuenca diferente libre de contaminación”, finalizó Sabbatella.
